El Lector - Bernhard Schlink

          Bernhard Schlink es un jurista y escritor alemán, nacido el 6 de julio de 1944, reconocido por una vida que ha repartido entre el derecho y la literatura con gran profesionalismo. En cuanto a su trayectoria como abogado, se graduó de Derecho en la Universidad de Heidelberg, llegando a tener un paso por la docencia y como juez en la Corte Constitucional de Renania del Norte-Westfalia, consolidando así una brillante y completa carrera.

De su producción literaria destacan títulos como: “Olga”, “Mentiras de Verano”, “La Nieta”, “Mujer Bajando una Escalera”, “Los Colores del Adiós”, y ‘El Lector’, esta última, la obra por la que más se le conoce y la que mayor popularidad ha logrado desde su publicación en 1995, incluso llegando a ser adaptada al cine con gran éxito.

          De este modo, podemos afirmar que Bernhard Schlink es uno de los máximos representantes de la literatura alemana, caracterizado por ser un autor que no teme incorporar el elemento histórico a sus escritos, robusteciendo cualquier tópico con un contexto político y social en el que no titubea ante la posibilidad de retratar aún los momentos más oscuros y reprochables de la historia, construyendo escenarios que desborden una importante carga emocional.

          Particularmente, pese a que el nombre de Bernhard Schlink no me era ajeno, no estaba del todo familiarizado con su trabajo, sin embargo, ‘El Lector’ es un ejemplar que deseaba leer profundamente, toda vez que un sinfín de espacios y personalidades de la comunidad literaria lo recomendaban ampliamente. Además, la trama que aborda lo hace por sí mismo un libro más que interesante y que por lo tanto, esperaba no demorar más.

          Así, puedo decir con seguridad que sin tratarse de una lectura sumamente excepcional, encontré bastante grato, entretenido y bien desarrollado el argumento expuesto por Bernhard Schlink, donde realmente consigue que el lector pueda empatizar con los conflictos que atraviesa el personaje principal, enfrentando una lucha interior por distinguir lo correcto de lo necesario.

Entonces, ‘El Lector’ es una novela que relata una historia de amor poco convencional dada la diferencia de edad entre los involucrados. Por un lado, surgiendo la figura de Michael Berg, quien más allá de ser el protagonista, nos es descrito como un joven de 15 años que de forma accidental conoce a Hanna Schmitz, una mujer de 35 años de la que se termina enamorando, naciendo con el pasar de los días una relación que los llevará a satisfacer mutuamente sus necesidades. No obstante, al mencionar necesidades no nos referimos únicamente a aquellas de índole sexual, sino, también a las que derivan en el deseo de compartir un creciente vínculo: para Michael representando la obtención de la experiencia que sólo con la edad se puede aprender; mientas que, para Hanna, constituye la oportunidad de ilustrarse en literatura, lo que para ella tiene una justificación mucho más profunda.

Por consiguiente, observaremos en Michael Berg a un adolescente cuya vida da un giro totalmente inesperado, que lo llevará a escapar de una realidad plagada de la inexperiencia de la juventud hacia otra en la que se descubre con un dominio de muchas situaciones que lo aventajan sobre sus contemporáneos, quienes no gozaron de la posibilidad de instruirse con una amante mayor.

Todo ello, bajo un contexto que nos ubica tras los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y las devastadoras consecuencias que sólo un suceso de semejante naturaleza puede tener, en especial, para la población judía. Concretamente, vislumbrando un espacio temporal que detalla los juicios políticos que tuvieron lugar con el objeto de hacer frente y condenar a los responsables directos de tantas pérdidas humanas y de tanto sufrimiento.

Lo anterior, cobrando bastante relevancia años después, cuando Michael y Hanna se reencuentran en circunstancias extrañamente delicadas, ya que Hanna está siendo juzgada por su participación como guardia en un campo de concentración, viendo cargos en su contra por la muerte de varias prisioneras, ante lo que se asume su culpabilidad. Por tal motivo, surgiendo en Michael un conflicto moral que le hará cuestionarse la obligación que recae en él de hacer lo apropiado y, por ende, el deber de ayudar o no a Hanna, revelando un secreto que sólo el conoce y que podría salvarla, aunque esto signifique vulnerar su intimidad y traicionar su confianza.

De manera que, la moralidad resulta un componente fundamental para la novela y la psicología del protagonista, llevándolo a reflexionar que tipo de traición es más grave: a sí mismo o a Hanna.

Si bien es cierto que no podríamos clasificar la obra dentro del género romántico, creo que el autor podría haber explotado mucho más la relación de Michael y Hanna para crear una conexión más intensa y significativa entre ambos, lo que a la postre hubiera condicionado aún más el actuar de Michael, nublando fuertemente su objetividad y colocándole en una posición de vulnerabilidad por el miedo a fallarle a una persona tan importante, logrando que el lector pudiera percibirlo de forma más latente.

Finalmente, puedo concluir diciendo que ‘El Lector’ es un ejemplar que fácilmente podría ser una gran opción para los seguidores de las novelas psicológicas y de la ficción histórica.


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