Temporada de Huracanes - Fernanda Melchor

Fernanda Melchor es una escritora, ensayista y periodista mexicana nacida en 1982, en el estado de Veracruz, galardonada con diversos reconocimientos para una carrera en ascenso dentro de la literatura. Sus estudios en arte y periodismo se reflejan claramente en el contenido y valor de sus obras, moldeando un rasgo característico en su escritura, destacándola como una autora sumamente completa y con un futuro prometedor.

De su pluma sobresalen títulos como: “Falsa Liebre”, “Aquí no es Miami” y especialmente, ‘Temporada de Huracanes’, que sin duda es el ejemplar más importante y popular de Fernanda, que a raíz de su publicación en 2017, no ha visto sino excelentes críticas y opiniones positivas en la comunidad literaria, perfectamente merecidas.

Mi primer acercamiento al trabajo de Fernanda fue casi accidental, ya que, ‘Temporada de Huracanes’ fue un libro que no tenía pensado leer, al menos a corto plazo. No obstante, llegó a convertirse en una historia que rápidamente me dejó cautivado, admirando en cada página el sobresaliente estilo narrativo que exhibe y que resulta atrapante. Más allá de que la idea es interesante por sí misma, la prosa de Fernanda hace que el lector pueda experimentar un sinfín de emociones, incluso rayando en la incomodidad durante varios lapsos, situación que no puede ser de otra manera, dado el argumento y escenario que nos es presentado. Todo ello, constituyendo una gran experiencia para cualquier lector.

Entonces, ‘Temporada de Huracanes’ es una novela cruda y desgarradora que retrata la vida de un poblado ficticio llamado La Matosa, ambientado en un cruento Veracruz, que logra enfatizar la miseria y la violencia que componen la realidad de sus habitantes, refiriéndolo como un medio podrido y hostil que desemboca en una serie de obstáculos para adultos y jóvenes sin distinción, creando una atmósfera de inmoralidad y libertinaje. A partir de ese contexto, podemos identificar prontamente el complicado entorno que atraviesan los personajes en su cotidianidad y por ende, la psicología detrás de muchos comportamientos cuestionables.

La estructura del libro hace que cada capítulo transcurra desde la voz de distintos pobladores, mismos que nos permitirán conocer su forma de pensar y un panorama de la vida en La Matosa según su perspectiva. Estos relatos desde su individualidad nos llevarán a construir la totalidad de una narrativa que encontraremos áspera, impregnada de tropicalismos y un lenguaje soez, que nos ubicarán perfectamente en el escenario descrito por la autora, provocando que el lector pueda entender mejor la esencia de los personajes, quienes como elemento en común, comparten un pasado para nada sencillo, lo que condicionaría su carácter y forjaría su personalidad.

La novela inicia con el momento en el que la inocencia y la obscuridad convergen, ubicando a un grupo de niños jugando cerca de un río inocentemente, cuando vislumbran un cadáver flotando cerca de ellos, que a la postre descubriremos que se trata del cuerpo de quien en vida era conocida en el pueblo por el apodo de “La Bruja”. Una mujer de la cual existían diversos rumores y supersticiones que ponían en duda su género y naturaleza, menospreciada y temida en muchos casos. Dicho suceso, será el que ocasionará un torbellino de acontecimientos plagados de intriga y violencia, cuando cada personaje revele su participación en el deceso de La Bruja.

El desarrollo de la lectura nos acercará a una serie de testimonios que confeccionarán lo relativo tanto al nacimiento como a la muerte de La Bruja, repasando el entorno en el que su infancia tuvo lugar, hasta percibir como en una edad adulta, la creciente necesidad de compañía, frente al interés de algunos pobladores por obtener dinero a su costa, provocó que cada relación con ella estuviera viciada, escondiendo siempre un interés personal y privándola de sentir un lazo genuino.

Esta última parte, representando una escena difícil para el lector, pues, se muestra doloroso identificar en La Bruja a una mujer que vivió discriminada y que fue utilizada hasta el final de su vida y que, pese a todo, parecía no tener alguna otra opción.

Bajo esa premisa, independientemente del hecho de que ‘Temporada de Huracanes’ sea un ejemplar corto, se compone de capítulos largos en los que la autora no acostumbra el uso de puntos y aparte, lo que provoca que el lector no pueda pausar o interrumpir su lectura fácilmente, resultando complicado encontrar un momento oportuno para detenerse antes de terminar cada capítulo. En ellos, siendo revelada una nueva voz dentro de la composición de la obra.

En cuanto al carácter de los personajes, podemos confirmar que varios denotan bastante fortaleza ante la adversidad y frente a las circunstancias que les son impuestas, lo que en un análisis objetivo nos llevará a deliberar que ninguno puede ser catalogado propiamente como una persona buena o mala, más bien, cada uno presenta una condición compleja y particular.

Es en conclusión, que Fernanda Melchor demuestra una soberbia capacidad para construir una gran historia, redonda y con tópicos espinosos que orgánicamente se acoplan entre sí, dando lugar a un escrito que bien podría llegar a ser uno de los imprescindibles de la literatura mexicana y que a mi parecer es una joya. 


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