Moby Dick - Herman Melville

Herman Melville fue un novelista y poeta estadounidense nacido en el año de 1819. Después de una infancia complicada y una racha negativa para su familia, Melville se vio obligado a trabajar en un barco ballenero, lo que influiría en su estilo de vida, así como en la experiencia que adquiriría sobre la vida marítima, que a la postre sería significativa para la creación de su obra maestra: ‘Moby Dick’, el escrito cumbre de su carrera cuya publicación tendría lugar en 1851.

Si bien, ‘Moby Dick’ es por mucho su obra más reconocida e importante, también es autor de novelas como “Taipi” y “Billy Budd”, entre otras.

Por esta razón, es casi improbable en la actualidad no haber escuchado nunca alguna referencia acerca de ‘Moby Dick’, ya que el libro es considerado como uno de los grandes clásicos de la literatura universal, siendo uno de los principales títulos que podrían surgir al hablar de clásicos, lo que ha ocasionado que hoy en día existan un sinfín de alusiones a él, tanto dentro de la literatura misma, así como por lo que a la cultura popular respecta.

De ahí, que leer ‘Moby Dick’, no sólo representa para el lector una oportunidad de conocer una de las novelas más famosas que se han escrito, sino, es también la perfecta ocasión para adentrarse en una aventura cuyo desarrollo se ambientará primordialmente en el mar, en lo que será una historia que reflejará la profunda obsesión de un hombre, prácticamente autodestructiva, llevándole a sobreponer su sed de venganza ante todo y todos quienes le rodean, llegando tal trastorno al grado de nublar completamente su juicio.

Bajo ese argumento, de la pluma de Herman Melville descubriremos la historia de Ahab, un viejo marino y capitán de la embarcación ballenera “Pequod”, quien se ha empecinado a darle caza a un gran cachalote blanco conocido como Moby Dick, siendo inicialmente la premisa y el eje por el cual la trama seguirá su curso.

De esta forma, la novela es relatada desde la perspectiva de Ishmael, quien además de fungir como narrador, es un joven en busca de empleo recién llegado al puerto de Nantucket, lugar donde encuentra una oportunidad de trabajo que le llevará a embarcarse en el Pequod, adentrándose por primera vez en su vida en la peligrosa industria de la caza de ballenas.

Conforme avance la lectura, de las palabras de Ishmael, iremos conociendo al resto de la tripulación del Pequod y, sobre todo, al capitán Ahab, personaje que desde la óptica de Ishmael, reconoceremos como a un hombre raro y viejo, identificando rápidamente la obsesión que le agobia consumiéndole cada vez más, la cual sigue creciendo mientras más demora en conseguir su objetivo: matar a Moby Dick. Más adelante, averiguaremos que tal deseo de venganza tiene lugar debido a que Moby Dick fue culpable de arrancarle al capitán una de sus piernas, inspirando desde ese momento un profundo odio en él, que no saciará hasta matarle, siendo prácticamente el único motivo que lo mantiene vivo.

La estructura del libro está dispuesta de tal modo, que además de narrarnos el día a día dentro del Pequod, ubicaremos pasajes que nos servirán para comprender aspectos técnicos y generales, tanto de la composición de las embarcaciones, como de la naturaleza e ideología que gira en torno a los cetáceos, encontrando episodios cuyo contenido incluye cuestiones históricas, anatómicas, biológicas e incluso mitológicas que buscan enriquecer el texto. No obstante, en ocasiones puede sentirse que estos pasajes llegan a entorpecer y cortar la trama, pudiendo hacer ligeramente pesada la lectura, sin embargo, hay otros capítulos bastante interesantes que brillan por sí solos y rescatan totalmente las partes señaladas, equilibrando la lectura.

De lo anterior, que ‘Moby Dick’ nos relata la terquedad y conducta errática del capitán Ahab, que cegado por la ira, busca cumplir el que considera que es su destino, mostrándonos un claro reflejo de la naturaleza humana, rescatando que hay instantes que impactan por completo en nuestra vida, definiendo nuestra personalidad y la forma que tenemos de hacer frente a las adversidades.

Es, en conclusión, que para todo aquel que tenga planteado leer más literatura clásica, y haya pasado ya por ejemplares cortos y sencillos, puede tomar como reto a ‘Moby Dick’, desentrañando por sí mismo el por qué tiene lugar dentro de los libros más emblemáticos.

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