Este libro es una belleza de principio a fin. Es
la opción perfecta para cualquier amante de la mitología griega, y aunque no
sea el caso, la historia es sumamente brillante.
En lo personal, esta mitología siempre ha sido de
mi agrado, por lo que al escuchar sobre ‘La Canción de Aquiles’, no dude en
comprar el libro, resultando en una de las mejores decisiones que pude haber
tomado, ya que, hoy en día, está considerado como uno de mis libros favoritos.
Vierto mi opinión habiendo leído previamente ‘Circe’
de la misma autora, lo que me llevo a tener una noción sobre la pluma de
Madeline Miller, no obstante, aquél, aunque muy buen libro, me pareció que en
ocasiones la trama era un poco lenta. Para el caso de ‘La Canción de Aquiles’,
pienso que fue escrito de manera impecable, pues, transcurre a un ritmo
bastante bueno, permitiendo al lector conocer cada aspecto de su composición con
gran detalle, sin ahondar en cuestiones que puedan llegar a sentirse
innecesarias. Miller da el tiempo preciso para ir construyendo la narrativa,
ocasionando que podamos empatizar con los personajes y verdaderamente entender
las razones que impulsan y definen su actuar.
Generalmente, aunque se tenga o no interés por la
mitología griega, todos hemos escuchado en algún momento sobre Aquiles, ya sea
por las obras homéricas, fines académicos, alguna referencia o por la película
de ‘Troya’. Pese a ello, independientemente del conocimiento que se
tenga sobre este personaje, el libro nos permite percibir un lado del héroe griego
que podríamos no advertir en un inicio.
Es así, que Miller nos regala una visión de
Aquiles mucho más amplia, pero en este caso, desde la perspectiva de Patroclo,
quien normalmente figura en los anales de la historia como un personaje muchas
veces secundario o sin tanta relevancia, al menos, comparado con los grandes
héroes griegos. El libro a su vez nos permitirá conocer la complicada infancia
de Patroclo, creciendo como un joven príncipe que no figuraba como el ideal, avergonzando
a su padre en varias ocasiones, llegando a ser exiliado a Ftía, las tierras
gobernadas por Peleo, el padre de Aquiles, situación que después cambiaría la
vida de ambos.
Al descubrir la semblanza de Patroclo, lo apreciaremos
como a un joven tímido y solitario, con una complexión y apariencia débil, sin ninguna
habilidad, siendo todo lo contrario a Aquiles, quien desde pequeño ya era
conocido por su habilidad, fuerza y astucia.
Es a partir del exilio de Patroclo, que el camino de
ambos se verá estrechamente ligado por un lazo más fuerte que el de la amistad,
notando como este irá creciendo, rodeado de instantes sumamente bellos.
En conclusión, es una obra que lo tiene todo para
ser una excelente recomendación, y que, además, puede ser apreciada por cualquier
tipo de lector.
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