Nacido
en 1975, Matt Haig es un escritor y periodista británico con estudios en
Literatura e Historia por la Universidad de Hull. Como autor se caracteriza por
desarrollar su obra en los géneros de ficción y no ficción, dirigida tanto a
niños como a un público más adulto, y por su interés en el cuidado de la salud
mental. Debido a su trayectoria, ha sido galardonado con diversos premios que
reconocen su trabajo.
La
vida de Matt Haig es también una historia de superación y resiliencia. A los 24
años sufrió una crisis nerviosa, sumada a la depresión que enfrentó durante
mucho tiempo. Sin embargo, encontró en la escritura una vía para salir
adelante, experiencia que ha influido en la creación de varios de sus libros.
De
su producción literaria destacan títulos como: “Los Humanos”, “Los
Radley”, “El Chico que Salvó la Navidad”, “Cómo Detener el
Tiempo”, y por supuesto, ‘La Biblioteca de la Medianoche’.
Por
lo que respecta a ‘La Biblioteca de la Medianoche’, es un ejemplar que captó mi
atención meses atrás. Había leído bastantes comentarios positivos en
plataformas para lectores y en redes sociales, donde lo recomendaban encarecidamente,
sobre todo por su creciente popularidad al tratarse de un libro relativamente
reciente, ya que fue publicado en 2020. Por ello, y apegado a mi intención de
leer más literatura contemporánea, esperaba que fuera una de mis primeras
lecturas del 2025.
Entonces,
‘La Biblioteca de la Medianoche’ es una novela que podemos clasificar dentro de
varios géneros: realismo mágico, ficción especulativa y fantasía. La trama
explora la multiplicidad de realidades en la vida de una persona. La
protagonista, Nora Seed, es una mujer de treinta y cinco años que no se siente
feliz con su presente ni con las decisiones que ha tomado, las cuales la han
llevado por un camino en el que ha renunciado a sueños y experiencias que en
algún momento disfrutó, perdiendo además varios lazos con personas importantes
para ella. En consecuencia, al percibir su vida como innecesaria, decide
ponerle fin, dándose por vencida.
Una
vez tomada la decisión, aparece ante ella una misteriosa biblioteca donde se
encuentra con la señora Elm, la bibliotecaria del instituto al que asistió en
su infancia y que la apoyó durante un periodo difícil. Ahora, la señora Elm se
presenta como su guía en este lugar, el cual le brinda el poder de elegir entre
distintos libros que le permiten experimentar diversas vidas que pudo haber
tenido. Cada una refleja decisiones y circunstancias de su pasado que, de haber
sido diferentes, podrían haber cambiado su destino. Con ello, Nora busca
descubrir si en otra vida sería feliz, intentando enmendar cada uno de los
arrepentimientos que la llevaron a tomar la decisión de acabar con su vida.
De
este modo, surge la oportunidad de que Nora pueda pasar un tiempo en una
pluralidad de realidades, comprobando por sí misma cuán feliz hubiera sido a
partir de determinadas decisiones que, en su vida raíz o principal, tomó de
otra manera. Algunas de estas elecciones motivadas por el deseo de hacer feliz
a su padre, por vivir el sueño musical que anhelaba su hermano o por seguir a
una amiga a Australia, pero pocas de ellas por voluntad propia.
Así,
Nora podrá explorar lo que hubiera sido ser una estrella de rock, glacióloga,
atleta profesional o la esposa del hombre con el que estuvo a punto de casarse,
entre otras posibilidades, comparando las consecuentes discrepancias y
similitudes en su personalidad, hábitos y apariencia entre cada vida. No
obstante, poco a poco comienza a debatirse si realmente desea poner fin a su
vida o, si por el contrario, ha recuperado la energía y las ganas de seguir,
encontrando un propósito que finalmente de sentido a su existencia.
Por
lo anterior, ‘La Biblioteca de la Medianoche’ es una obra que invita a una
profunda reflexión a través de una pregunta que todos nos hemos hecho en algún
momento: “¿Qué hubiera pasado si…?”. Seguramente, si tuviéramos la facultad de
cambiar a discreción instantes de lo ya ocurrido, muchos elegiríamos actuar de
manera distinta en ciertas situaciones o nos atreveríamos a perseguir sueños
que dejamos de lado o decidimos sacrificar. Y, como aprende Nora, a veces las
pequeñas decisiones pueden transformar una realidad de forma considerable, como
el simple hecho de aceptar o no salir por un café. Por todo ello, esta lectura
se presta para un ejercicio de meditación de tintes existencialistas.
Como
conclusión, aunque no me pareció una obra maravillosa o insuperable, la novela
me gustó. Solo podría decir que hay lapsos que se sienten más largos de lo
necesario. Pese a ello, creo que Nora Seed es un buen personaje y cumple con el
objetivo de hacer que el lector comprenda que no existe algo parecido a una
vida perfecta o ideal. Sin embargo, siempre tenemos en nuestras manos la
posibilidad de generar un impacto positivo con nuestras decisiones, incluso con
las más pequeñas e inocentes, aprendiendo a disfrutar de los eventos más triviales
e insignificantes.
Finalmente,
la prosa tan sencilla que utiliza el autor hace que este ejemplar pueda ser una
buena opción para cualquier tipo de público. Asimismo, queda latente que representa
un mensaje positivo para las generaciones más jóvenes, lo que en suma, lo hace
un título cien por ciento recomendable.
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